14 de mayo de 2015

Tarta de piña invertida

Con la llegada del buen tiempo, nos empieza a apetecer tomar cosas más frescas y ligeras. Bueno, lo de "ligero" cuando se trata de un postre es mucho decir, pero también hay que dejar espacio a los placeres que nos ofrece la vida ¿no?
Si sois amantes de la fruta, os encantará esta tarta. A pesar de ser un bizcocho bajo, es muy esponjoso y jugoso, además la piña le aporta ese punto de frescura, que tanto apetece cuando llega "la calor".
Se llama tarta de piña invertida (receta más abajo), porque cuando horneamos el bizcocho la piña queda en la base del molde, pero cuando desmoldamos nos queda en la zona superior del bizcocho.
Os aconsejo que la probéis, es muy fácil de hacer y seguro que será un éxito en cualquier ocasión que elijáis.


 


 





 


Tarta de piña invertida

Ingredientes:
1 yogur de piña o natural.
3 huevos tamaño L.
190 gr de azúcar moreno.
200 gr de harina de repostería.
90 gr. de aceite de girasol.
6 gr de levadura química tipo Royal o polvo de hornear.
1 pellizco de sal.
5 o 6 rodajas de piña natural o en almíbar.
1 tarrito de guindas para adornar.
Para el caramelo:
1 vaso de azúcar
2 vasos de agua
Zumo de medio limón
Preparación:
Si vamos a utilizar piña natural, colocamos las rodajas en papel de cocina para absorber la humedad. Si utilizamos piña en conserva la escurrimos con ayuda de un colador, reservamos el jugo y una vez bien escurridas colocamos las rodajas en papel de cocina y reservamos.
Preparamos el caramelo en una sartén antiadherente, añadimos el azúcar, el agua y el zumo de limón. Dejamos que vaya reduciendo el líquido hasta que se forme el caramelo, cuanto más oscurezca más amargo nos resultará. A mí personalmente me gusta más clarito, así que cuando comienza a dorarse lo retiro.
Caramelizamos un molde, que preferiblemente tenga las paredes bajas, poniendo especial cuidado en la manipulación del caramelo pues las quemaduras que produce son especialmente graves. También podemos utilizar caramelo preparado del que venden en cualquier supermercado, pero debemos tener en cuenta que el sabor final de la tarta varía.
Una vez caramelizado el molde, colocamos la piña a nuestro gusto y adornamos cada rodaja con una guinda en el centro. Reservamos.
Preparamos el bizcocho, echando en un bol el yogur, los huevos y el azúcar. Batimos para mezclar bien los ingredientes.
Añadimos el aceite poco a poco y seguimos batiendo. A continuación agregamos la harina tamizada junto con la sal y la levadura. Integramos bien todos los ingredientes y si vemos que la masa es muy espesa podemos añadir un poco del líquido de la piña.
Vertemos con cuidado la masa en el molde y horneamos en el horno precalentado previamente a 180ºC durante 25/30 minutos. Comprobamos que esté hecho el bizcocho con un palo de brocheta o cuchillo fino y si sale limpio es que está listo.
Sacamos del horno. Estando el bizcocho caliente podemos calarlo con un palillo o cuchillo y añadir el líquido de la piña. También podemos utilizar en su lugar almíbar. Este paso es opcional, pero lo recomiendo ya que le añade al bizcocho una jugosidad increíble.
Una vez calado el bizcocho hay que desmoldar en caliente, para que el caramelo no se pegue. Ponemos un plato suficientemente grande para que al voltear la tarta no corramos peligro de quemarnos con el caramelo. Debemos hacer este proceso protegidos con guantes para horno y con mucha precaución. Una vez desmoldado dejar enfriar a temperatura ambiente.




11 de mayo de 2015

Cápsula del tiempo estilo Steampunk II

Siguiendo con la temática Steampunk, os dejo a continuación otro ejemplo de cómo sacar partido a un simple bote de patatas fritas.
Como os he comentado en la entrada anterior, todo el material utilizado es reciclado. Por ejemplo, para simular las partes metálicas he aprovechado el interior de los brick de leche. Los otros elementos quedan en manos de vuestra imaginación. Se pueden utilizar tuercas, engranajes de aparatos rotos, bujías, cuerda, cables, tapones de botella, etc. Yo siempre pienso en cómo aprovechar cualquier elemento antes de tirarlo a la basura.
Animaos y probad, os aseguro que el resultado será espectacular.








10 de mayo de 2015

Cápsula del tiempo estilo Steampunk I

¿Cápsulas del tiempo? ¿Steampunk? Si alguien no sabe de qué estoy hablando, no problem! Os lo aclaro a continuación.
El Steampunk fue, en sus inicios, un subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción que surgió durante la década de 1980. A día de hoy, este subgénero ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural, dejando de ser solo literario. El Steampunk se desenvuelve en una ambientación donde la tecnología a vapor sigue siendo la predominante. Su temática muestra tecnologías anacrónicas e invenciones futuristas imaginadas por los visionarios de su época, todas ellas vistas desde la perspectiva victoriana en la cultura, el arte, la moda e incluso la arquitectura. El Steampunk se inspira principalmente en el imaginario encontrado en las obras de Julio Verne y H.G Wells.
Si ya os hacéis una idea del estilo al que hago referencia, ahora le toca el turno a las cápsulas del tiempo. Estos artilugios son unos recipientes herméticos construídos con el fin de guardar mensajes y objetos del presente para ser encontrados por generaciones futuras.
En mi caso la intención ha sido proporcionarles a mis hijas un recipiente original, donde puedan guardar elementos de su infancia para que los puedan volver a ver en el futuro, cuando ya sean mujeres adultas. A todos nos hace ilusión cuando vemos cosas de nuestra infancia: logotipos, juguetes, fotos del pasado, etc, que nos devuelven a ese tiempo tan feliz.
Para hacer este trabajo he utilizado material reciclado, como ya os he comentado en otras ocasiones. Se trata de gastar poco dinero en materiales y pasar un buen rato dando forma a lo que hemos imaginado. En esta ocasión he utilizado una simple caja de zapatos, aprovechando que traía un tirador métalico que pegaba muy bien con la temática.
Espero que os guste el resultado y os animéis a utilizar este estilo de decoración tan original, que admite cantidad de elementos que todos tenemos a nuestro alcance. 
 


  



 


























5 de mayo de 2015

¿Qué es una tarta de fondant?



Las tartas decoradas con fondant hace años que hicieron su entrada en España. Pero aún siguen siendo desconocidas para muchos de nosotros. El fondant es una pasta de azúcar totalmente comestible, con una textura similar a la de la plastilina, que nos permite cubrir bizcochos y modelar infinidad de motivos para su decoración.
Cuando no se conoce este producto, se suele establecer una comparación entre las tartas tradicionales y las decoradas con fondant, en la que estas últimas suelen salir perdiendo por cuestión de precio.
Intentaré explicar algunas de las diferencias entre estas dos variedades, que os sirvan para aclarar las dudas que surgen a la hora de elegir una de las dos opciones.
Es muy típico escuchar que estas tartas son secas o que el sabor no es agradable, nada más lejos. Si el bizcocho ha sido elaborado correctamente, se le ha dejado reposar, se hidrata con un buen almíbar y se le añade un buen relleno, el resultado es un delicioso, jugoso y esponjoso bizcocho.
Las tartas de fondant tienen un proceso de diseño y elaboración que requieren muchas horas de trabajo. No estamos hablando solo de harina, huevos, leche, mantequilla… Los productos específicos de la repostería creativa son bastante caros y se requieren muchos utensilios para conseguir buenos acabados.
Además el proceso de elaboración de una tarta personalizada es bastante largo, no se puede realizar en un solo día. Tanto los bizcochos como los rellenos necesitan periodos de reposo, (que pueden oscilar normalmente entre 1 o 2 días) para conseguir la textura y consistencia deseada, así como el proceso de hidratación que también necesita su tiempo de reposo. El modelado de las figuras es conveniente hacerlo con unos días de antelación, y la tarta una vez montada también adquiere tonos más intensos y el sabor del interior adquiere más consistencia, si se la deja unas horas antes de consumirla.
Por otro lado, no es lo mismo una tarta lisa y sin decoración, que una en 3D u otra llena de modelados y pequeños detalles. Todos los extras van sumando muchas horas de trabajo, que hay que saber valorar, al igual que hacemos con otros profesionales, como por ejemplo el técnico que viene a visitarnos a casa para hacer cualquier arreglo.
Tenemos que entender que se trata de un diseño a la carta y personalizado, son pequeñas creaciones artísticas, únicas, exclusivas y como tal hay que saber valorarlas.
Por supuesto siempre está la opción de recurrir a las tartas y postres tradicionales, que evidentemente serán mucho más baratos, pero teniendo en cuenta que no son trabajos comparables ni en la  producción, ni en el diseño, ni en las materias primas utilizadas (excepto si son de elaboración artesanal).
Espero que estas pequeñas pautas os sirvan de ayuda a la hora de tomar una decisión.