Cuando queremos escribir un mensaje a otra persona tenemos muchas opciones; podemos utilizar una tarjeta, una carta, soportes electrónicos como el móvil, la tablet o el ordenador. En fin, que no hay excusas que valgan, estamos en la era de la comunicación. ¿Pero qué pasa cuando queremos ser originales a la hora de mandar un mensaje? Aquí es donde empezamos a comernos el coco.
¿Qué os parece escribir el mensaje en una pizarra? Pero no en una cualquiera. La que yo os propongo además se puede comer.
Esta tarta la he realizado para una amiga de la infancia. En la actualidad vive en Alemania y ha estado pasando unos días de vacaciones con su familia en Madrid.
La verdad que ha llovido mucho desde que compartimos los días de colegio. Pero quién no se acuerda de aquellas pizarras que nos parecían tan gigantescas (sobre todo cuando el profesor de turno te sacaba a resolver algún problema), siempre llenas de polvo de tiza, en la que nos encantaba garabatear todo tipo de frases tontas, pintar corazones o jugar al ahorcado, cuando nos dejaban un rato solos en clase. Aquellos dulces y felices días de colegio pasaron hace tiempo, pero siempre podemos recordarlos con una deliciosa porción de esta original tarta. ¡Buen provecho!
Jaja que pasada 🤣🤣
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